viernes, mayo 15, 2009


DELICADEZA ENTRE ESPINAS…

Caminando a la vera del desierto,

Sobre arena quemada por el sol,

Me llamó fuertemente la atención

Un espinudo cactus muy enhiesto,

Coronado de flores primorosas…

Al contemplar la planta no amigable,

Es difícil pensar que de su entraña

Pueda brotar la flor más admirable

Pareciendo lo menos muy extraña,

Una muy delicada y tan hermosa.

Sus pétalos de esencia nacarada,

Con visos de alborada matutina

Y pinceladas de amatista fina

Que atraen del artista la mirada

Admirando su garbo y donosura…

Al mirarla me puse a meditar:

Tras apariencia un tanto repulsiva

Cuantas veces hallamos almas vivas

Que nos ofrecen y nos pueden dar

Dones preciosos como la natura…

Hubo un santo que como pordiosero

Servía a su Señor en gran pobreza,

Pero su corazón era sincero

Y no se avergonzaba en su bajeza,

Porque su alma era ferviente y pura.

A veces un desierto pedregoso

Que muestra una aridez que no da gozo,

Al sentir la caricia de la lluvia

Despierta ávidamente allí la vida

En forma de una alfombra muy florida…

La lección es muy clara y transparente:

No hay que fijarse en la apariencia ajena…

A lo mejor tras la fachada buena,

Se encierra una maldad inconsecuente

O al revés hay bondad que no se ve.

No sientas repulsión ante una planta

Que muestra espinas para su defensa

Y las usa sólo cuando hay una ofensa,

Mas después gozaremos de belleza tanta

Al contemplar su delicada flor…

POEMA ORIGINAL.

PADRE RENATO ALVARTEZ LIZAMA,

MISIONERO REDENTORISTA.

CONVENTO SAN ALFONSO.

CAUQUENES-CHILE.

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