jueves, enero 24, 2008

LA ERMITA DEL CERRO..



LA ERMITA DEL CERRO..

Una plácida e idílica mañana,

De hermoso despertar de primavera

Lanzaba dulces notas la campana

De una ermita del monte en la ladera…

Con el alma radiante de alegría,

Fui a postrarme a los pies de Nuestra Madre,

A darle gracias por ser Madre pía

De su grey al llevarnos hacia el PADRE…

Como arroyo que fluye el agua pura,

Derrama sobre el mundo sus bondades,

Suavizando dolores con ternura,

Y alejando por siempre las maldades …

Después de musitar mis oraciones

Ante el altar de aquella Madre tierna

Y la Reina de todas las naciones,

Le pido que mis súplicas atienda.

Al lado de la ermita un arroyuelo

Va travieso saltando entre las piedras,

Regando con sus aguas aquel suelo

Tapizado de flores y de hiedras.

Me adentré al descender, en la foresta,

De tupidos quilares y coligües ,

Junto a la luma el lingue y dura tepa

Entre los cuales trepan los copihues…

Sentía los gorjeos de las aves,

Los trinos melodiosos del chincol…

En tanto acariciaba brisa suave

Mi rostro ya curtido por el sol…

Vibraban mis sentidos de alegría

Al contemplar esa mullida alfombra

De flores en sin par policromía

Que el follaje protege con su sombra.

Entre esas maravillas naturales,

Se yergue enhiesta la sin par figura

De la ermita mariana entre los valles

Donde la Madre siembra su dulzura.

El melodioso son de la campana

Todos los días llama a la oración,

Para dar gracias en cada mañana

Por tantos dones que nos da el Señor…

POEMA ORIGINAL.

P. RENATO ALVAREZ LIZAMA.

MISIONERO REDENTORISTA.

CONVENTO SAN ALFONSO.

CAUQUENES- 24---ENERO---2008..

domingo, enero 13, 2008

LA MARIPOSA Y LA FLOR…









LA MARIPOSA Y LA FLOR

Cuenta una antigua leyenda,

Que un día cierto poeta

De corazón muy sensible,

Pensando en algo posible,

Pidióle a Dios algo simple:

“ Puedes darme, Padre Bueno,

Y por favor te lo ruego,

Una Flor roja y vistosa

Y una hermosa Mariposa…? “

Dios le escuchó complacido

Para darle su pedido…

Y envió un espinudo cactus

Poco agradable a su tacto…

Y por el mismo correo,

Para cumplir su deseo,

Una oruga en su capullo…

Lo que hirió mucho su orgullo…

Ante aquel tan raro don,

Pensó_:”Sin duda el Señor

Estará tan ocupado

En su Cielo que ha olvidado

Lo poco que le pedía…”

Pero después, cualquier día,

Fue aquel cactus a mirar:

Acababa de brotar

En medio de las espinas

Una flor bella y divina,

Con un rojo llameante

Y en esos mismos instantes

Una bella mariposa

Libaba en la flor hermosa.

El capullo ya vacío,

Recubierto de rocío,

Yacía allí abandonado

Pues ya la había dejado

Esa frágil mariposa

Desarrollada y vistosa…

Así comprendió el cristiano:

Los ruegos nunca son vanos

Si bien de Dios los caminos

Seguirán su propio sino,

Y no nuestra veleidad,

Pero siempre la bondad

De Dios estará presente

Haciendo siempre patente

De Dios la infinita ciencia

Y absoluta omnipotencia…

POEMA ORIGINAL.

P. RENATO ALVAREZ LIZAMA.

MISIONERO REDENTORISTA.

CONVENTO SAN ALFONSO.

CAUQUENES—11---ENERO.—2008.