Cuenta una antigua leyenda,
Que un día cierto poeta
De corazón muy sensible,
Pensando en algo posible,
Pidióle a Dios algo simple:
“ Puedes darme, Padre Bueno,
Y por favor te lo ruego,
Una Flor roja y vistosa
Y una hermosa Mariposa…? “
Dios le escuchó complacido
Para darle su pedido…
Y envió un espinudo cactus
Poco agradable a su tacto…
Y por el mismo correo,
Para cumplir su deseo,
Una oruga en su capullo…
Lo que hirió mucho su orgullo…
Ante aquel tan raro don,
Pensó_:”Sin duda el Señor
Estará tan ocupado
En su Cielo que ha olvidado
Lo poco que le pedía…”
Pero después, cualquier día,
Fue aquel cactus a mirar:
Acababa de brotar
En medio de las espinas
Una flor bella y divina,
Con un rojo llameante
Y en esos mismos instantes
Una bella mariposa
Libaba en la flor hermosa.
El capullo ya vacío,
Recubierto de rocío,
Yacía allí abandonado
Pues ya la había dejado
Esa frágil mariposa
Desarrollada y vistosa…
Así comprendió el cristiano:
Los ruegos nunca son vanos
Si bien de Dios los caminos
Seguirán su propio sino,
Y no nuestra veleidad,
Pero siempre la bondad
De Dios estará presente
Haciendo siempre patente
De Dios la infinita ciencia
Y absoluta omnipotencia…
POEMA ORIGINAL.
P. RENATO ALVAREZ LIZAMA.
MISIONERO REDENTORISTA.
CONVENTO SAN ALFONSO.
CAUQUENES—11---ENERO.—2008.
1 comentario:
Toda la razon padre Renato , a menudo olvidamos que los tiempos de Dios no son los nuestros y que el sabe cuando cada cosa debe llegar a su tiempo .
Preciosa historia y bellas imagenes encontro padre , un agrado pasar por aqui como siempre , se va uno con un dulsor muy rico .
Un abrazo grandoteeeeeeeeeeeeeeeeeee
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