LOS PIES DEL CRUCIFICADO.
Del Gólgota en la peña han levantado
Una sangrienta cruz que es un patíbulo,
que será para siempre un sacro símbolo
de que allí como altar fuimos salvados.
Expira en ella el Cuerpo de Jesús,
Que ha bajado del cielo como camino y luz…
Sus santos pies han sido traspasados
Sin ninguna piedad por los verdugos
Porque al gobernador romano así le plugo…
Allí su Sangre lavó nuestros pecados,
Al morir por nosotros en
Nuestro Divino Redentor JESÚS.
Las llagas de sus pies nos han lavado,
Como estigmas sagrados ante el Padre,
Desde antes que el verdugo los taladre,
Para en
Benditos pies que hollaron los caminos,
Para trazar la senda a lo Divino…
Pies que anduvieron por los mil caminos
De su tierra natal
Llevando a los enfermos medicina...
Y a los desorientados un destino…
Pies que buscaron la oveja descarriada,
Entre abrojos y espinas enredada…
Los pies que sobre el agua caminaron…
Anulando la ley de gravedad…
Pies que la arena ardiente soportaron
Para pagar del hombre la maldad.
El mismo soportó la tentación
En el desierto por servirle a Dios.
Como los pies sagrados de Jesús,
Otros pies que siguieron su camino,
Brindando a sus hermanos su destino,
Los misioneros que llevaron luz,
Como Javier, Teresa de Calcuta,
mostrando hacia la gloria
Lo mismo hicieron muchos misioneros
Cumpliendo aquel mandato de Jesús:
“ ¡Llevad a todo el mundo mi mensaje de luz!
Y seréis en el todo el orbe mis pioneros !
Predicad y bautizad a los que acepten la fe,
Y serán bendecidos de mi Padre Yaveh! “…
Entre otros dones que nos dio el Señor,
Están los pies que nos hacen caminar.
Podemos elegir bien nuestro andar
Y buscar en Jesús la orientación:
O perdernos sin rumbo entre los riscos
O hallar seguridad en el aprisco….
Poema original,
P. Renato Alvarez Lizama.
Misionero Redentorista.
Convento San Alfonso.
CAUQUENES – 24-MAYO- 2007.
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