miércoles, abril 25, 2007

La hormiga

LA HORMIGA

Caminando despacio por el campo

Vi febril procesión de mil hormigas

Portando con premura y entusiasmo

En minúsculos fardos su cosecha.

Penetré mentalmente en su guarida,

En los oscuros túneles sin fondo,

A estudiar el secreto de sus vidas

Y las leyes que rigen su destino.

Todo era actividad sin un descanso,

Cada cual ejerciendo sus oficios,

Sin que nadie eludiera su trabajo

Ni buscara solaz en el sosiego...

La reina fecundada por un macho,

En un vuelo nupcial en las alturas,

Abandona sus alas sin cuidado

E inicia alegremente su misión...

Pone miles de huevos cada día

Y asegura feliz supervivencia

De aquella tan dinámica familia

Cuyo origen se pierde en lo infinito...

Las hormigas obreras con cuidado,

En su capullo nutren a las larvas

En tanto que el proceso ha terminado

Y eclosiona una nueva criatura...

Son diestras del cultivo, agricultoras

Muy sabias y producen muchos hongos

Que nutren con sus múltiples esporas

A rebaños de innúmeros pulgones.

Los pulgones secretan dulce néctar

Que sirve de nutriente muy preciado

A las larvas que crecen en la estrecha

Morada del capullo como ninfas.

Por eso las hormigas su crianza

Favorecen con gran dedicación

Preparando la tierra necesaria

Para hacer el cultivo de los hongos.

Van muy lejos en busca del follaje

Que es la base de aquellas sementeras,

Portando en procesión interminable

En sus espaldas su preciada carga.

Las reglas que regulan su conducta

Son atisbos de gran inteligencia

Que sin duda llegó desde la altura

A través de los siglos y milenios.

El hombre se ha preciado vanamente

De inventar en pequeñas miniaturas

Artefactos y objetos diferentes

Que en el mundo han causado admiración...

Pero vemos en cambio en las hormigas

Un modelo difícil de imitar:

Cada parte minúscula con vida

Con sentido y con propio movimiento.

La hormiga, tan pequeña, es muy sociable:

Si encuentran en su viaje otras hormigas

No pasan a su lado sin brindarles

Un saludo ritual con sus antenas.

Se entregan mutuamente sus mensajes

Y prosiguen muy raudas su camino

Llevando presurosas su equipaje

Sin importarles cuanto las rodea.

Grande es la variedad de estos insectos,

Con distintos oficios y costumbres

Que cumplen diligentes bajo el suelo,

Con muy diversas especialidades.

Algunas son muy diestras podadoras

Recortando en las copas de los árboles,

En trozos muy pequeños muchas hojas

Que habrán de conducir a sus guaridas.

Otras son excelentes constructoras,

Levantando con sólida argamasa

Sus ciudades de alturas orgullosas

Que se observan muy bien a la distancia.

Otras cavan en tierra sus trincheras

Como trampas veladas que a sus víctimas

Atrapan resbalándose en la arena

Para hacerlas un plato suculento.


Las termitas por ser taladradoras,

haciendo interminables galerías

corroen las entrañas del madero.

Otras son las guerreras más temibles

Que forman aguerridos escuadrones

Que atacan con gran saña e insensibles

A cualquier animal en su camino.

Este insecto tan grande y tan pequeño

Nos muestra en su minúscula estructura

La sapiencia infinita del Eterno

Que se trashuma en cada criatura.

POEMA ORIGINAL.

P.RENATO ALVAREZ LIZAMA.

MISIONERO REDENTORISTA.

CAUQUENES 10 DE JULIO DE 1998.


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