LA HORMIGA
Caminando despacio por el campo
Vi febril procesión de mil hormigas
Portando con premura y entusiasmo
En minúsculos fardos su cosecha.
Penetré mentalmente en su guarida,
En los oscuros túneles sin fondo,
A estudiar el secreto de sus vidas
Y las leyes que rigen su destino.
Todo era actividad sin un descanso,
Cada cual ejerciendo sus oficios,
Sin que nadie eludiera su trabajo
Ni buscara solaz en el sosiego...
La reina fecundada por un macho,
En un vuelo nupcial en las alturas,
Abandona sus alas sin cuidado
E inicia alegremente su misión...
Pone miles de huevos cada día
Y asegura feliz supervivencia
De aquella tan dinámica familia
Cuyo origen se pierde en lo infinito...
Las hormigas obreras con cuidado,
En su capullo nutren a las larvas
En tanto que el proceso ha terminado
Y eclosiona una nueva criatura...
Son diestras del cultivo, agricultoras
Muy sabias y producen muchos hongos
Que nutren con sus múltiples esporas
A rebaños de innúmeros pulgones.
Los pulgones secretan dulce néctar
Que sirve de nutriente muy preciado
A las larvas que crecen en la estrecha
Morada del capullo como ninfas.
Por eso las hormigas su crianza
Favorecen con gran dedicación
Preparando la tierra necesaria
Para hacer el cultivo de los hongos.
Van muy lejos en busca del follaje
Que es la base de aquellas sementeras,
Portando en procesión interminable
En sus espaldas su preciada carga.
Las reglas que regulan su conducta
Son atisbos de gran inteligencia
Que sin duda llegó desde la altura
A través de los siglos y milenios.
El hombre se ha preciado vanamente
De inventar en pequeñas miniaturas
Artefactos y objetos diferentes
Que en el mundo han causado admiración...
Pero vemos en cambio en las hormigas
Un modelo difícil de imitar:
Cada parte minúscula con vida
Con sentido y con propio movimiento.
La hormiga, tan pequeña, es muy sociable:
Si encuentran en su viaje otras hormigas
No pasan a su lado sin brindarles
Un saludo ritual con sus antenas.
Se entregan mutuamente sus mensajes
Y prosiguen muy raudas su camino
Llevando presurosas su equipaje
Sin importarles cuanto las rodea.
Grande es la variedad de estos insectos,
Con distintos oficios y costumbres
Que cumplen diligentes bajo el suelo,
Con muy diversas especialidades.
Algunas son muy diestras podadoras
Recortando en las copas de los árboles,
En trozos muy pequeños muchas hojas
Que habrán de conducir a sus guaridas.
Otras son excelentes constructoras,
Levantando con sólida argamasa
Sus ciudades de alturas orgullosas
Que se observan muy bien a la distancia.
Otras cavan en tierra sus trincheras
Como trampas veladas que a sus víctimas
Atrapan resbalándose en la arena
Para hacerlas un plato suculento.
Las termitas por ser taladradoras,
haciendo interminables galerías
corroen las entrañas del madero.
Otras son las guerreras más temibles
Que forman aguerridos escuadrones
Que atacan con gran saña e insensibles
A cualquier animal en su camino.
Este insecto tan grande y tan pequeño
Nos muestra en su minúscula estructura
La sapiencia infinita del Eterno
Que se trashuma en cada criatura.
POEMA ORIGINAL.
P.RENATO ALVAREZ LIZAMA.
MISIONERO REDENTORISTA.
CAUQUENES 10 DE JULIO DE 1998.
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